Rodritol espera acabar la primera fase del centro de yates de lujo antes de fin de año en el Puerto de Las Palmas

Rodritol trabaja a contrarreloj para cumplir los plazos e inaugurar el centro de grandes yates que está llamado a transformar el muelle de Refugio, entre el moderno Sanapú y el viejo Pesquero, antaño sede de la poderosa flota rusa en el Puerto de Las Palmas.

La empresa canaria esperaba terminar este verano la primera fase de la obra, con los trabajos marítimos de la dársena, la explanada de hormigón para las operaciones y la recepción de dos grúas para sacar los yates del agua. Estas máquinas, de 150 y 850 toneladas la de mayor capacidad, con ruedas del tamaño de una persona para desplazarse por el varadero, llegaron en el último tramo del pasado mes de julio, con la estructura del nuevo muelle ya terminada y el resto de la urbanización auxiliar a punto de concluir, pero la compañía se ha visto obligada a volver a ampliar el plazo de ejecución de esta primera actuación hasta finales de año.

Nueva prórroga

La Autoridad Portuaria de Las Palmas ha concedido una nueva prórroga de tres meses para acabar la obra marina, debiendo quedar concluida el 7 de octubre de 2024, mientras que la finalización del proyecto de urbanización se amplía otros seis meses, con fecha de entrega para el 26 de diciembre de 2024.

Ambas intervenciones, sin embargo, se corresponden solo con la primera parte del proyecto, que Rodritol dividió en dos fases para sobrellevar el periodo de incertidumbre derivado de la pandemia de la COVID-19 y la crisis internacional de los mercados.

Las obras de esa primera fase, a grandes rasgos, han consistido en el dragado de la dársena para mejorar el calado y poder recibir los yates de lujo a los que aspira el centro náutico, así como los muelles de hormigón con los fosos de las grúas pórtico y la instalación de los pantanales flotantes para recibir las embarcaciones, entre otras actuaciones como una zona de maniobras de 500 metros cuadrados y la urbanización de una gran parte de la parcela concedida, con más de 12.000 metros cuadrados y necesidades de pavimentación, canalizaciones de servicios o de cerramientos para garantizar la seguridad.

Las obras de la segunda fase consisten en rematar la urbanización con tres inmuebles para el funcionamiento del recinto: uno de 500 metros cuadrados, otro de 700 y un tercer edificio de dos plantas: una baja de casi 800 metros y otra en la parte alta de poco más de 200 metros. La fecha comprometida para acabar esta segunda fase es marzo de 2025.

Entre Mónaco y Marbella como aspiración

El objetivo de la empresa es inaugurar un centro náutico de servicios para atender a embarcaciones deportivas de gran porte y otras profesionales análogas, una actividad, la de los yates de lujo, con poco o escaso arraigo en Canarias, al menos frente a otras plazas consolidadas como Mónaco, Marbella o Barcelona, dado el trasiego habitual de este tipo de turismo de alto poder adquisitivo por el Mediterráneo.

La idea es captar estos tráficos en los cambios de temporada, cuando las tripulaciones dejan el Mediterráneo por el Atlántico para cruzar al Caribe, con la finalidad de que la capital grancanaria, en plena transformación del entorno Puerto-Ciudad, se abra un hueco en este sector exclusivo.

En la actualidad hay unas 500 embarcaciones de este tipo. Algunas, como la de Abdulah bin Zeyed Al Nahyan, actual ministro de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes, han hecho escala este año en La Luz, lo cual revela que consolidar esos tráficos es posible. La Autoridad Portuaria, además, trabaja en la ampliación y remodelación de su dársena deportiva, donde Rodritol tiene un varadero que ya se le queda pequeño.

Antes habrá que terminar una obra que no está siendo pacífica. El concurso para construir el centro de grandes yates se remonta a junio de 2016, siendo adjudicado a Rodritol en abril de 2017. Desde entonces la empresa ha sorteado una gran cantidad de obstáculos para hacerlo realidad, como el rechazo de una parte de los vecinos de La Isleta, las exigencias de Costas para tratar los fangos con sustancias oleosas hallados en la zona, y la aparición de canalizaciones de Endesa, Telefónica y Emalsa que motivaron la paralización del proyecto. Por esas vicisitudes, la compañía pide 5,2 millones de compensaciones, una indemnización que la Autoridad Portuaria rechaza al considerar que esos retrasos no son achacables a su actuación.- M. Reyes / LA PROVINCIA



Más noticias de Puertos de Canarias