La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife destinará casi medio millón de euros al nuevo contrato de servicios submarinos de inspección, recuperación de objetos y asistencia de mantenimiento de sus puertos. En el de la capital chicharrera, entre las instalaciones que se deben vigilar y mantener se encuentran una decena de rampas, los elementos de señalización marítima, la zona de baño del Club Náutico, canales de embarque, pantalanes y un cajón hundido en San Andrés, calificado como ‘peligro aislado’.
Desde la Autoridad Portuaria se explica que los trabajos submarinos forman una «parte integrante» de los mantenimientos en las zonas portuarias, «como pueden ser las inspecciones de rampas y muelles, apoyo a los servicios de señales marítimas en cuanto a fondeo, varada e inspección de boyas, localizaciones submarinas y reparaciones varias». También se incluye dentro de este contrato, que ya se ha sacado a licitación y para el que se están evaluando las propuestas presentadas, las revisiones submarinas de seguimiento que requieren las obras promovidas por el citado organismo.
El ámbito de aplicación del contrato es el delimitado como zona de servicio de los puertos de Santa Cruz, Los Cristianos y Granadilla, en la isla de Tenerife; Santa Cruz de La Palma, en la isla de La Palma; San Sebastián de La Gomera, en la isla de La Gomera, y La Estaca, en la isla de El Hierro. Asimismo, dentro del ámbito de actuación se encuentra la señalización marítima de las instalaciones sobre las que la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife tiene competencias con respecto a su vigilancia, como faros, cultivos marinos, puertos competencia de la Comunidad Autónoma y emisarios, así como todo lo que se pudiera incorporar a lo largo de la vigencia del contrato.
Trabajos programados y no programados
La empresa adjudicataria tendrá que llevar a cabo trabajos de conservación, tanto programados como no programados. Entre los primeros, y según apunta la Autoridad Portuaria, se encuentran el mantenimiento de boyas, espeques y elementos de balizamiento, «ya sean flotantes o anclados al fondo»; la inspección en rampas y líneas de atraque; el mantenimiento de pantanales y la sustitución de cadenas o grilletes.
Con respecto a los trabajos no programados, el organismo señala que se trata de las prestaciones «no expresadas» en el Plan de Mantenimiento que se le encomiende al adjudicatario, ya sean fruto de una necesidad detectada por la Autoridad Portuaria o por la empresa durante las inspecciones, «que se corresponda con una emergencia o haya una necesidad de seguimiento de obras».
«Las actuaciones de reparación y obras de emergencia tienen como objetivo mantener la operativa de los puertos en cualquier momento en que se produzca una incidencia, y se realizan, en función de la gravedad de las mismas, a cualquier hora del día y en cualquier día de la semana», se establece en el pliego de condiciones que rigen la licitación del contrato. Este tendrá una duración de un año, prorrogable anualmente durante cuatro años más, se indica en el pliego.
Personal cualificado y con título
La jornada de buceo para los trabajos de mantenimiento y las obras de adecuación debe ser de cuatro horas, es decir, de 180 minutos de inmersión, «tal como establece la ley», más una hora de traslado. Dicha jornada se realizará en la franja horaria comprendida entre las 7:00 y las 15:00 horas, de lunes a viernes. «Cuando los trabajos afecten al desarrollo de la operativa portuaria, se deberá adecuar el horario, ya sea fuera de la franja indicada, ya sea en festivo, o, incluso, en horario nocturno».
La empresa adjudicataria debe contar con el personal adecuado en número y cualificación para realizar los trabajos requeridos para la prestación del servicio. Los buceadores tienen que disponer de la titulación necesaria para el buceo profesional, así como de la tarjeta profesional perceptiva en vigor. Asimismo, deben tener todas las revisiones médicas al día y el informe médico de estar aptos para el desarrollo de la actividad.